psicologa en aviles

Maltrato emocional, algo más que violencia

Cada día, en las noticias, en las redes sociales, aparece una víctima más de violencia de género. Se habla de asesinatos, agresiones, violaciones. Todo ello conlleva un maltrato físico. Un maltrato visible, golpes, contusiones, heridas, sangre… Se puede ver, se puede comprobar. Dentro de la dificultad de sufrir una agresión, este tipo de maltrato es fácilmente identificable, no hay dudas sobre él, todo el mundo te cree.

Pero ¿pensáis que un maltratador actúa de una manera tan burda? si así fuese, escapar del victimario sería relativamente fácil. Existe otro tipo de maltrato, el psicológico, que, aunque todos hemos oído hablar de él,  no es tan fácil de reconocer. El maltrato psicológico no se limita a insultos, o humillaciones, si así fuera, también sería muy visible.

¿Y qué hay más allá del maltrato psicológico? Algo que he llamado «maltrato emocional». Es decir, no hay una agresión física, no hay insultos ni vejaciones, e incluso la víctima puede no presentar ninguna característica asociada a la violencia psicológica. ¿Qué pasa entonces?

Para ello, os contaré un caso real, debidamente modificado para que la víctima no pueda ser identificada.


Paciente T. se presenta en consulta terriblemente deprimida, llora constantemente y se siente muy confusa. Le pregunto qué le sucede, qué le ha pasado para estar así y me relata una historia de divorcio de su actual pareja y padre de sus hijas. Me cuenta cómo desde hace años, su pareja la ignora, es decir, no atiende a ninguna de sus peticiones de afecto. Sin embargo, puede hablar con él de manera normal de temas cotidianos, siendo las respuestas de él siempre, frías, secas y distantes. Ella se ha venido acostumbrando a esa situación, es decir, ha aceptado y asumido que no es merecedora de cariño por parte de su pareja. ¿Sabéis el daño emocional que supone aceptar eso? Significa tener la firme creencia de que su vida se reducirá a trabajar y cuidar a sus hijas, y no quejarse porque tiene un buen marido que la respeta y no actúa de manera activamente agresiva.

Ante esta situación, le explico a T. que no es lógico que en una pareja nunca se den muestras de cariño y afecto, le comento que no es normal aceptar que “la vida es así” T. cambia de expresión, se asusta y me dice: “ no, no, cuando yo me alejo y acepto esa situación y también soy fría, entonces él viene, y me da todo el cariño del mundo… durante un día”. ¿Y qué pasa luego? Le pregunto… “ ¡Oh! entonces me doy cuenta de cuánto le quiero y me acerco a él”. ¿Y después? “Bueno, después él vuelve a alejarse y todo es como antes.”
En este punto, T. se echa a llorar de nuevo. Se siente confusa y no reconoce sus emociones. No sabe lo que tiene que sentir. Ha perdido el criterio respecto a sus sentimientos. Está siendo maltratada emocionalmente.

¿Y qué pasa por la cabeza de su marido? Veamos lo que ocurre en la mente de un maltratador emocional. Él, a partir de ahora R. está cómodo en su situación, él manda y T. obedece, no tiene que hacer ningún “esfuerzo” para hacer sentir bien a su pareja. Simplemente es dueño del poder y sabe cómo usarlo. T. es su víctima engañada y él no tiene miedo. ¿R. la quiere? Obviamente, no. Pero su vida es terriblemente cómoda. ¿Qué pasa cuando ella se aleja? De repente, él tiene miedo, y cómo sabe lo que tiene que hacer para no perder el poder sobre su pareja, lo hace. Es decir, le da a T. unas migajas de cariño para que ella vuelva a estar sometida, para que ella se acerque. ¡Conseguido! ¡ya está ella aquí de nuevo! ya puedo volver a relajarme. R. es una persona totalmente carente de empatía y llena de egoísmo. Su baja autoestima le impide marchar de un matrimonio en el que él tampoco es feliz, piensa que no encontrará una víctima tan buena como su esposa, y permanece.

¿Y cómo termina la historia? Un día, él, le dice a su mujer que quiere divorciarse. Acaba de encontrar a otra víctima y ya no la necesita a ella. Tras muchas horas de terapia con T. consigo que acepte la situación y que incluso se alegre de lo que ha pasado, ¡ahora tiene la oportunidad de ser feliz, sola o acompañada! T. mejora rápidamente y se siente con fuerzas. Pero… no podía ser todo tan fácil. R. no quiere quedarse sin ella como víctima, y vuelve aparentemente arrepentido, con flores, bombones y   regalos envenenados. “Perdona, cariño, no sabía lo que hacía, estoy arrepentido, vuelve conmigo” Y de repente, mi paciente tiene dudas, sabe lo que es un maltrato emocional, hemos trabajado muchísimo con ello, pero se siente confusa, en lo más hondo de su sistema emocional quiere creerle.

Y así es como un victimario juega con las emociones de la víctima, juega a “una de cal y una de arena” “ni contigo ni sin ti” y  “como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Todas estas expresiones de uso frecuente que hemos aceptado como normales, son un maltrato emocional. Y es mucho más peligroso e invalidante que todos los demás.


Maltrato emocional, maltrato psicológico…Tiene solución

Si has leído este caso y te has emocionado, has visto en él un reflejo de tu día a día, crees que necesitas ayuda… cuenta conmigo. Puedo ayudarte.

Contacto

No hay comentarios

Publicar comentarios

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar