17 May ¿Y por qué tanto dolor?
Psicólogos Avilés. Psicólogos en Avilés.
Si te pregunto para qué sirve la alegría, estoy segura de que me responderás rápidamente. La alegría sirve para disfrutarla, es genial estar alegre, significa que estamos pensando bien y haciendo algo que nos causa placer. ¡La alegría es un sentimiento fabuloso!
Ahora vamos a complicarlo un poco… ¿para qué sirve el dolor? Tu primera reacción será decirme que no vale para nada, que odias el dolor. Es un sentimiento desagradable, vacío, lleno de tristeza y sufrimiento, es como un gran hipopótamo sentado encima de tu pecho. Y si te propongo eliminar esa emoción de tu vida ¿aceptarías? Seguro que me respondes con una afirmación rotunda ¡Claro que sí! ¡Odio el dolor! Ok, ahora vamos a pensarlo mejor… Imagínate que estás cocinando, y que posas tu mano sobre el fogón caliente, no te quemas, no “duele”, no te apartas de ese daño porque ni siquiera te estás dando cuenta de él. ¿Qué crees que pasará? Cuando mires, tu mano estará irremediablemente achicharrada. ¿Te estás empezando a hacer una idea de para lo que sirve el dolor?
¿Lo complicamos un poco más? Ahora imagínate que tienes una relación con una persona, puede ser tu pareja, un amigo o amiga o un familiar. Esa persona, por sus circunstancias individuales, no te trata bien, te hace daño, es tóxica para ti, pero… recuerda el pacto que hiciste conmigo: no hay dolor. ¿Qué crees que pasará? Permanecerás al lado de esa persona hasta que tu personalidad resulte igual o mucho más perjudicada que tu mano quemada. Aunque no sientas dolor, el daño estará hecho igualmente.
¿Te cuento un secreto? el dolor es muy listo, muy malo, sí, pero muy listo. Le gusta hacerse notar, y si lo reprimes, si no lo sientes, te devorará desde el interior. ¿Conoces los trastornos psicosomáticos? Son aquellas enfermedades físicas, en gran medida, causadas por tu mente. Por ejemplo, muchas enfermedades cardíacas, dérmicas, e incluso el cáncer, son en cierta medida causadas por factores psicológicos, es decir, el dolor mental, el sufrimiento, es un factor significativo para que surjan. Es el dolor haciéndose notar, expresándose de la manera que le permites.
¿Y qué hacer? a estas alturas ya te habrás dado cuenta de que deshacerse del dolor no es buena idea, las consecuencias de ello son mucho peores que el mismo dolor. Este sentimiento malo no lo es tanto como parece, está cumpliendo una misión en tu vida, una misión muy importante y es ¡salvarte! Cuando sientes dolor significa que tienes que irte de esa situación, de esa persona, o de ese pensamiento, porque te está dañando. ¿Es fácil? No, no lo es, pero esa es la misión de los psicólogos. Nosotros, como psicólogos, te ayudamos a que identifiques todos estos factores de los que estamos hablando y seas capaz, por ti mismo, de salir de ahí.
Hay un extra que aún no te he contado respecto al dolor, algo que te va a resultar muy interesante, una misión especial que cumple este sentimiento: enseñar. Piensa en todas las situaciones dolorosas que has vivido durante toda tu vida, ¿te has dado cuenta de que han servido para algo? Seguramente habrás salido más fortalecido, más experimentado, habrás aprendido. Imagínate que nunca hubieras sufrido, ¿qué habrías aprendido? ¿quién serías? Seguro que ahora estás pensando que sí, que tengo razón, pero que el dolor es un precio muy elevado a pagar por el aprendizaje. Muy bien, es verdad, cuando estás en medio del dolor, no ves esto, pero…¿hay otra opción? Es la vida misma, con todas sus emociones, algunas buenas y otras malas, pero todas cumplen una función.
Mi labor como psicólogo es enseñarte a identificar todos estos sentimientos, saber de dónde vienen, qué función tienen y cómo puedes manejarlos de manera más funcional. Es tu vida, y no puedes más que vivirla.
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